Bendita sea tu Pureza




Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza.

A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día, alma vida y corazón.
Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

Amén.


Acordaos



Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!,
que jamás se ha oído decir que ninguno
de los que han acudido a vuestra protección,
implorando vuestro auxilio,
haya sido desamparado.
Animado por esta confianza,
a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes,
y gimiendo bajo el peso de mis pecados
me atrevo a comparecer ante Vos.
Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas,
antes bien, escuchadlas y acogedlas benigna mente.

Amén.

Oración de San Ignacio de Loyola



Toma, Señor y recibe
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi ser y mi poseer.
Tú me lo diste,
a ti Señor, lo torno;
todo es tuyo,
dispón según tu voluntad.
Dame, solamente tu amor y gracia,
que esto me basta.


Amén.

Alma de Cristo


Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a ti,
para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.

Amén.